Oyambre

Parque Natural de Oyambre

El Parque Natural de Oyambre es uno de los espacios naturales protegidos de la Comunidad Autónoma de Cantabria, que aúna en su territorio la gran belleza de un paisaje litoral de rías, acantilados, playas, dunas y amplias praderías, con pequeños valles excepcionales y bosques que albergan una fauna y flora de gran importancia ecológica.

La combinación de tres sistemas ambientales -litoral, valles y monte- que mantienen su funcionalidad ambiental y conservan su calidad natural y paisajística, hacen del Parque Natural de Oyambre un territorio excepcional, de gran potencialidad turística y que nos presenta el reto de hacer compatible el disfrute de un medio natural como quedan pocos, y la conservación de todos aquellos aspectos que lo hacen único e irrepetible.

El reto de la conservación de Oyambre nace durante los años setenta, cuando la presión urbanística que había trasformado buena parte del sector oriental del litoral cántabro, parecía proyectar sus actuaciones en la zona occidental de la región, hasta entonces excelentemente bien conservada. Sin embargo, la presión popular desencadenada ante el proyecto de urbanización de las dunas y la playa de Oyambre, culminó con la promulgación de la Ley de Cantabria 4/1988, de 26 de octubre, por la que se declara Oyambre Parque Natural.

 

 

FUENTE: http://turismo.aytosanvicentedelabarquera.es/parque-natural-de-oyambre/

 

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San Vicente de la Barquera

Aunque el origen de sus primeros asentamientos humanos no está del todo claro, son muchos los historiadores que identifican a San Vicente con la antigua Evencia romana y ubican aquí el Portus Vereasueca, por su magnífica posición topográfica junto a la bahía que forma un doble brazo de mar. El municipio tomó su nombre actual del conocido mártir aragonés, en los albores del siglo XIII. En el XV (1470) nacía en estas tierras el inquisidor Antonio del Corro, cuyos restos descansan en un bellísimo sepulcro de mármol tallado.

San Vicente de la Barquera, capital del municipio, es la villa marinera por excelencia, como se manifiesta en todas sus tradiciones, costumbres y hasta en sus fiestas más populares: La Folía (multitudinaria procesión marítima de la Virgen que se celebra el segundo domingo después de Pascua) y la procesión del Carmen (16 de julio).

San Vicente constituye una de las más conocidas y bellas estampas de toda la Cornisa Cantábrica. Lugar de paso obligado en la comunicación entre Asturias y Cantabria, su ubicación geográfica ha favorecido sin duda su desarrollo como uno de los destinos turísticos preferidos en la región.

Desde el punto de vista natural, posee un magnífico elenco de privilegiadas playas como son Fuentes, Primera de San Vicente, El Rosal, El Tostadero, Merón y Gerra, y una hermosa ría salpicada de intenso cromatismo gracias a los innumerables botes y barcas de colores que siempre encontramos en ella.

La puebla vieja de San Vicente es además un espacio lleno de encanto gracias a su iglesia, castillo y los restos de una muralla. Los puentes tienen también mucho que ver en la belleza de esta villa, que tiene como fondo los majestuosos Picos de Europa con sus cumbres permanentemente nevadas. Todo ello convierte este antiguo refugio de pescadores en un lugar ideal para descansar y disfrutar.

La vocación marinera de San Vicente de la Barquera se aprecia asimismo en su gastronomía, que gira en torno a pescados y mariscos y tiene su máxima expresión en el sorropotún o marmita barquereña, un guiso preparado a base de bonito y patatas.

En cuanto a sus monumentos, el más destacado es la iglesia de Santa María de los Ángeles, construida entre los siglos XIII y XVI. En el XV se levantó el antiguo convento franciscano de San Luis, hoy se pueden ver sus restos. El castillo edificado en tiempos de Alfonso I es hoy sede de numerosas exposiciones.

La puebla vieja de San Vicente es un conjunto monumental plagado de interesantes edificios que le han merecido la declaración como bien de interés cultural de Cantabria desde 1987. Los puentes son otro de los signos de identidad de esta villa: el de la Maza, con 28 ojos, fue construido por mandato de los Reyes Católicos en el siglo XVI, mientras que el del Parral data del siglo XVIII.

PAISAJE DE LA RIA DE SAN VICENTE DE LA BARQUERA CON LA IGLESIA DE SANTA MARIA DE LOS ANGELES

FUENTE: https://turismodecantabria.com/descubrela/municipios/32-san-vicente-de-la-barquera

Playa-de-Meron

Playa de Merón

Playa de Merón en San Vicente de la Barquera

Playas de San Vicente de la Barquera Cantabria

La Playa de Merón es sin duda la playa más característica de San Vicente de la Barquera.

Situada a tres kilómetros del centro de la villa, tras atravesar el Punte de La Maza y el paseo marítimo que recorre la ría de San Vicente en su margen izquierda, nos ofrece uno de los arenales más significados de la comunidad.

Afectada por el Parque Natural de Oyambre aporta a este espacio natural protegido un sistema dunar interesante con vegetación muy característica.

Es sin duda una de las playas más frecuentadas de Cantabria.

La Playa de Merón en San Vicente de la Barquera fue galardonada en 2014 con la «Q» de Calidad Turística.

Dispone de infraestructuras adaptadas para personas con movilidad reducida.

 

 

 

 

FUENTE: https://www.cantabriarural.com/lugares-con-encanto/playa-de-meron-en-san-vicente-de-la-barquera.html

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Cascadas de Lamiña

Están situadas junto al pueblo de Barcenillas, perteneciente al municipio de Ruente, un bello paraje situado dentro del Parque Natural del Saja-Besaya.

Las cascadas están ubicadas en el curso medio del Arroyo de Barcenillas (que desemboca en el Saja), un pequeño cauce de aguas cristalinas inmerso en un precioso hayedo.

Después de un relajante paseo llegamos donde las cascadas, el sonido del agua, y el verdor de la vegetación, invitan a callar y disfrutar.

El Acceso a las Cascadas de Lamiña en Barcenillas se hace por un bonito sendero, perfectamente indicado desde el pueblo de Barcenillas, a 4 kilómetros o desde Lamiña, situado a 3 kilómetros.

Desde Barcenillas, donde dejaremos el coche, enseguida siguiendo el curso del Rio Barcenillas encontramos los carteles indicadores de la Ruta a las Cascadas de Lamiña.

Los primeros 3 kilómetros el camino discurre paralelo a este arroyo, por una zona prácticamente llana y un camino en buen estado.

Tras subir un pequeño tramo en cuesta y junto a un paso canadiense, se abandona la pista principal y nos adentramos en el bosque hasta el río, cuyo cauce seguimos de nuevo hasta llegar a la confluencia de los arroyos Moscadorio y Barcenillas, donde nos encontramos las Cascadas de Lamiña.

Tras alcanzar de nuevo la pista, el retorno podemos hacerlo por el mismo itinerario, o bien, ascendiendo al pueblo de Lamiña y retomando a Barcenillas por el camino tradicional.

Ecológicamente, el paisaje que se atraviesa presenta características típicas de la campiña atlántica. Además de bosques de roble, haya y castaño –más o menos entremezclados con otras especies- aparecen diferentes repoblaciones forestales de eucaliptos y pinos.

Alternando con prados de siega y zonas abiertas de brezo y tojo.

Las especies animales que frecuentan estos espacios son el corzo, ciervo, jabalí, zorro y jineta. Sin embargo son las aves el grupo de especies más fácilmente observable.

Podemos destacar aves como el ratonero, el milano negro y el gavilán, aunque son las pequeñas aves las que harán las delicias del caminante: Carboneros, pinzones, petirrojos, pájaros carpinteros, etc., nos irán acompañando con sus cantos y acrobacias.

FUENTE: https://www.cantabriarural.com/lugares-con-encanto/cascadas-de-lamina-en-barcenillas.html

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Monumento Natural de las Secuoyas del Monte Cabezón

Está situado en el municipio de Cabezón de la Sal en Cantabria. Con una superficie de 2,47 has está compuesta por 848 pies de Sequoia sempervirens y 25 pies de Pinus radiata.

Las secuoyas del Monte Cabezón se declararon Monumento Natural por Decreto 41/2003, en virtud de la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y Flora y Fauna Silvestres, que prevé en su artículo 10 la posibilidad de declarar protegidos determinados espacios del territorio nacional que contengan elementos y sistemas naturales sobresalientes, así se facilita la conservación de este excepcional ecosistema.

Lo excepcional de este bosque de secuoyas es que se tratan de especies inhabituales en Cantabria, forman masas en estado seminatural en España y alcanzan enormes dimensiones y gran longevidad.

Sobre 1940 se plantaron las secuoyas del Monumento Natural de las Secuoyas del Monte Cabezón como búsqueda de ingresos y riqueza, y para solucionar la necesidad de especies madereras destinadas a la producción industrial, se potenció la repoblación en terrenos baldíos con especies de crecimiento rápido y condiciones climatológicas favorables.

Por tanto el Monte Cabezón se repobló con especies foráneas, fundamentalmente Eucalyptus globulus y Pinus radiata y de forma experimental, a modo de ensayo y por tanto en parcelas mucho más reducidas, con roble americano, castaño japonés o abeto de Douglas, entonces es cuando las secuoyas llegan al Monte Cabezón.

El nombre de Sequoia conmemora a Sequoiah, un indio cheroquee educado en Georgia que sobre el siglo XIX inventó un alfabeto para el dialecto de su tribu.

La Secuoia Sempervivens es un árbol robusto con copa piramidal que mide unos 50 m, frecuentemente llega a medir hasta 100m es originaria del Pacífico de los Estados Unidos .

Con un tronco recto, muy grueso, corteza oscura y esponjosa que se desprende en placas irregulares bajo las que aparecen las nuevas de color rojizo. Las hojas de la secuoya o acículas( aguijones finos y delicados ) son planas y de tono verde oscuro con 2 bandas blancas en el envés.

Florecen al final del invierno para madurar las piñas, verdes primero y rojizas finalmente, en el otoño siguiente. Las flores masculinas son amarillas y las femeninas ovales y verdosas, de mayor tamaño.

Además de su tamaño, lo que caracteriza a la sequoia son 2 cosas su longevidad, (pueden llegar a superar el millar de años ) y su rapidez de crecimiento (1,80 metros/año entre los cuatro y los diez años de edad ). Su madera es de buena calidad, ligera , rojiza, no resinosa y fácil de trabajar.

Vente a Cantabria a descubrir el Monumento Natural de las Secuoyas de Cabezón de la Sal, es increíble pasear entre estos impresionantes y majestuosos árboles.

FUENTE: https://www.cantabriarural.com/lugares-de-interes/monumento-natural-de-las-secuoyas-del-monte-cabezon.html

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Cuevas El Soplao

La Cueva El Soplao es una cavidad de interes geologico y un excepcional patrimonio de arqueologia minera que guarda en su interior un autentico paraiso natural.

Fue descubierta a principios del siglos XX debido a una exploración de las minas de la Florida, no sólo tienen interés geológico sino también un excepcional patrimonio de arqueología minera de algo más de 30 kilómetros de galerías, planos inclinados o castilletes.

Guarda en su interior un auténtico paraíso natural conformado por impresionantes formaciones con grandes superficies tapizadas de aragonitos, falso techo, estalactitas, estalagmitas y especialmente elípticas ó excéntricas (antigravitacionales) que provocan todo tipo de juego de luces y sombras, sensaciones, colores y olores.

La abundante y compleja diversidad de formaciones excéntricas que atesora, es lo que realmente hace de la Cueva El Soplao una cavidad única, ya que, si bien se encuentran en otras cavidades, nunca con la abundancia, belleza y espectacularidad de ésta.

No podemos olvidar las pisolitas, más conocidas como perlas de las cavernas. Estas curiosas formaciones deben su nombre a su similitud con las perlas de las otras. En la cueva se presentan como mantos cubriendo una superficie de varios metros, o a modo de nidos, pero nunca aisladas.

Especial mención merece el denominado falso suelo, una zona considerada como la Capilla Sixtina del mundo subterráneo, por su grandiosidad, disposición y conservación.

Los visitantes podrán disfrutar de unos 1.500 metros de recorrido dentro de la cueva, cuya longitud total es de más de 20 kilómetros de galerías.

Para facilitar el acceso se ha construido un tren minero, que después de recorrer unos 400 metros, deja al visitante en la entrada de la misma cueva para el inicio del recorrido. Abandonando el tren a la entrada de la cueva, ya bajo el subsuelo, se recorren unos 60 metros a través de una antigua galería minera que se dirige a la cueva propiamente dicha, donde podemos disfrutar de unas maravillosas formaciones.

FUENTE: https://www.turismoencantabria.com/contenido/cueva-el-soplao